La revolución en Sabinas Hidalgo... hubo un hombre en el pueblo, alla a unos cuantos años de haberse iniciado el movimiento revolucionario del siglo XIX, no sabemos si fue la leva o su deseo ferviente de que cambiaran las cosas, que en ese entonces laceraban a las familias humildes de la época. El había nacido alla por el año de 1898 y como todos los nativos del pueblo, ayudaba a sus padres en las labores del campo, manejando el abado y abriendo el corazón de la madre tierra, para depositar la semilla de maíz que posteriormente les habría de proporcionar el sustento diario.
Poseía un brioso caballo, al que diariamente por las tardes lo llevaba a tomar agua, alla donde termina la calle Braco al sus, a una acequia a la que muchos conocían como "La acequia de Doña Aurelia". Una tarde un día gris y lluvioso lleva a su corcel al lugar de costumbre a tomar agua, y cual sería su sorpresa, cuando de pronto se ve rodeado de "revolucionarios" con caballos, postolas, rifles, y cananas repletas de parque, y le dicen que al revolución necesita su cabalgadura, y que requiere también de sus servicios, era joven casi un niño, tal vez su edad estaba entre los once y doce años, aquellos hombres rudos por el trabajo y las injusticias se lo llevan a la "Leva", aquel muchacho, incorporado de esta forma a las filas revolucionarias, aprende pronto la nueva vida de vicisitudes, de lo que es el "frente" y de lo que en algunas ocasiones es andar "a salto de mata".
En corto tiempo se convierte en caballerango de un oficial revolucionario, y aprende las estrategias de la guerra. Mientras tanto sus padres tratan de localizarlo en vano, solo les llegan noticias de lo que vieron en Villaldama, en Laredo o en aldunas ciudades del vecino estado de Cohahuila.
Sus padres mueren musitando en sus últimos instantes, plegarias al supremo por aquel hijo al que ya no volvieron a ver jamás. La audacia y el valor de este joven convertido en caballerango lo llevan a convertirse en cabo de regimiento de caballeria, participa en algunas batallas importantes, entre ellas la batalla de la "Toma de ciudad de Monterrey" verificada en abril de 1914, perteneciendo al "Ejercito Constitucionalista".
En el año de 1928, es liberado del ejercito y por fin llega a Sabinas Hidalgo, la tierra que lo vio nacer, su esfuerzo y su entrega en aras de una mejor patria el cabo de caballería "Alejandro Inocencio Botello" muere en su tierra un 19 de febrero de 1978.
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